Si de algo estoy segura es que si no tenemos un plan para llevar a cabo nuestros objetivos, nuestras ganas no servirán de mucho. Rara vez las cosas pasan por casualidad, te tiene que ocurrir algo demasiado genial o imprevisto para que tu objetivo se cumpla de la noche a la mañana, lo que para mi equivale a sacarse la lotería.
Crear un plan para llevar a cabo tus proyectos es fundamental, pero ese plan no es nada si no hay un trabajo detrás y ese trabajo tampoco es nada si no hay disciplina para poder ejecutarlo. Es este último punto el que me ha llevado a ir logrando lo que me propongo, fácil no es, pero sin esa sistematización para mí las cosas no funcionan. Conseguir esa “iluminación divina” requiere esfuerzo, soy de las que trabaja mejor de día que de noche, de las que tiene horario de lunes a viernes, ocupo agenda y calendario para planificar mi semana, y mi mayor satisfacción no es cuando logro algo creativo, sino cuando veo mi agenda al final del día con todos mis objetivos logrados.
Adecuar mi comportamiento a estos objetivos me permite crear una estrategia, trabajar y solucionar los problemas de mis clientes. Me imagino que se estarán preguntando, qué tiene que ver esto con el Marketing Digital. Tiene relación y mucha, ya que si no hay una estrategia y orden es muy difícil cumplir los objetivos propuestos y para esto la disciplina es muy importante.
El marketing digital requiere de una constancia absoluta para ir creciendo según sean tus planes. La competencia es dura y día a día cambian las reglas o pasan cosas como la pandemia que nos obliga a cambiar el rumbo.
Como consejo, si eres el encargado de llevar las redes sociales de tu marca ten una estrategia con objetivos claros a corto, mediano y largo plazo, deja un par de días a la semana para planear tu estrategia de marketing, infórmate de las últimas tendencias y mide cómo está respondiendo tu comunidad para evaluar qué caminos seguir.
Si todo esto te agobia, no te interesa el marketing digital y lo haces solo por que lo necesita tu marca o producto, delega este trabajo en las manos de profesionales que más que creativos sean sistemáticos. Entenderlo de esta manera te hará ver este “outsourcing” como una inversión y no como un gasto, ya que si tu marca no está presente en el mundo digital estarás perdiendo un importante pedazo de la torta.